POEMAS

lunes, noviembre 05, 2018

ORIGEN






Vuelve a llover
vuelve a nevar
vuelven las liras a sonar,
ilusiones a brotar.


Vuelve a nacer…
vuelvo a llorar
vuelvo a morirme por besar.

Vuelve el placer de ver el mar,
vuelve el abrazo
la amistad,
vuelve el deseo de volar.

Vuelve la luz
vuelve el brillar
vuelven mis ojos a soñar.



Vuelve contigo Sara,

la ilusión de amar.

viernes, marzo 09, 2018

Los ojos siempre serán el reflejo del alma




Había una vez un hombre que creía en el amor. Un hombre al que no trataban bien por ser sensible, por dejar sus sentimientos al descubierto.
Un hombre que dejó de creer... pero que siempre dejaba un 1% abierto en su coraza. Un 1% por el que salía mucho brillo entre tanta sombra.
Un hombre que había conocido el amor, al que habían amado, pero que no había sentido la intensidad correspondiente y decidió cerrar capítulos para no hacer sufrir a los demás.
Hacíendose daño él, aprovechando que portaba coraza.
Un hombre que parecía feliz, al que la gente no preguntaba si estaba bien... porque la mayoría del tiempo parecía feliz.
Aprendió frente al espejo aquella mueca de sonrisa entrabierta que aparentaba felicidad.
No lo hacía por engañar a los demás, sino por engañarse a si mismo, tal vez así... se le daría lo que necesitaba.

Pero con el tiempo aprendió que la vida no te debe nada. Que simplemente hay que aprender que las derrotas son experiencias que te enseñan que la proxima vez, si hay una mínima esperanza, si hay alguien que pueda valer la pena... debes dejarte llevar. Debes intentar ser feliz.. por muy lejos que vivir, por muy distante que se plentee dicha aventura.

Un hombre que tenía la mirada triste, pero alegre a la vez. Una mirada poderosa, como la de un niño al que no le salían bien las cosas. Al que poco a poco iban queriendo frustrar... pero él nunca se rendía. Menos esperanza si... pero las mismas ganas de siempre.

Esa coraza se está rompiendo.. he aprendido a mirar por mi... por mi felicidad.
Ya me merezco ser feliz plenamente.

domingo, febrero 06, 2011

Polvora Mojada




Entre Olmos hay un rio
que recorre mis adentros,
sé que fluye caudaloso,
aunque yo no alcanzo a verlo.


Sólo escucho vagamente,
el palmeo de los remeros,
el silbar de los barqueros,
y el latido que me envuelve.


Los pianos del Otoño,
melodía omnipresente,
azabache mi pupila
cuando va a volver a verte.


Esmerado es el riachuelo,
quebradizo ser viviente
que se esconde entre las rocas
donde anidan las serpientes.